Somos seres emocionales

Somos seres emocionales

“Las emociones son reacciones psicofisiológicas que representan modos de adaptación del individuo cuando percibe un objeto, persona, lugar, suceso o recuerdo importante. Psicológicamente, las emociones alteran la atención, hacen subir de rango, ciertas conductas guía de respuestas del individuo y activan redes asociativas relevantes en la memoria. Los sentimientos son el resultado de las emociones, son más duraderos en el tiempo y pueden ser verbalizados (palabras). Fisiológicamente, las emociones organizan rápidamente las respuestas de distintos sistemas biológicos, incluidas las expresiones faciales, los músculos, la voz, la actividad del sistema nervioso autónomo y la del sistema endocrino, pudiendo tener como fin, el establecer un medio interno óptimo para el comportamiento más efectivo. Los diversos estados emocionales son causados por la liberación de neurotransmisores u hormonas, que luego convierten estas emociones en sentimientos y finalmente en el lenguaje.” (“Wikipedia. Emoción”).

“El origen de las Emociones.

Las emociones han estado siempre ahí. Se iniciaron con nuestra vida misma al emerger como especie. Pero, antes de nosotros, las emociones ya existían en animales inferiores. Vale decir que estas nos precedieron en nuestros antecesores en la escala evolutiva. Las emociones en nosotros; pueden ser positivas o de agrado, o negativas o de desagrado. Lo que nos provocará una reacción de acercamiento o alejamiento respectivamente. […] Las emociones cumplen tres funciones: una función adaptativa, una social y una motivacional. La función adaptativa es justamente la que, en virtud de la emoción de que se trate, hace que nos acerquemos o alejemos de una circunstancia. La finalidad es cuidarse, preservarse, no sufrir. Esta función condiciona la continuidad de las especies. En cuanto a la función social, digamos que las emociones nos permiten comportarnos en sintonía con nuestros pares del entorno, condicionar y adecuar nuestras acciones, entender a los demás, predecir y controlar conductas, comunicar afectos; en definitiva, promueven relaciones interpersonales. Por último, nos queda abordar la función motivacional, que es la fuerza dinámica que nos impulsa a la acción, ya que dirige y orienta nuestro comportamiento en busca de satisfacer nuestras necesidades. La motivación da sentido a nuestra existencia. […]

Emoción y Sentimiento.

La emoción es una respuesta psicofísica —mental y física— frente a una circunstancia determinada ante la que se reacciona y, por definición, una reacción se agota en el tiempo. El sentimiento, en cambio, es algo elaborado por el pensamiento y tiene tendencia a expandirse en el horizonte temporal de aquel que lo percibe. Otra diferencia entre emoción y sentimiento es la intensidad. La emoción es algo ancestral y, en tanto ello, apela para su manifestación a nuestra naturaleza corporal para expresarla. En síntesis, las emociones son más intensas que los sentimientos y los sentimientos son más sostenidos en el tiempo. Las emociones son la raíz de la cual nacen los sentimientos. Las emociones, en definitiva, son reacciones de nuestra mente y nuestro cuerpo ante una experiencia vivencial y el sentimiento, el resultado de la elaboración consciente de esa experiencia. El sentimiento es una consecuencia de nuestro pensamiento como resultado del procesamiento mental y cognitivo más evolucionado. Dicho esto, es menester señalar que, en alguna medida, emoción y sentimiento coexisten por un espacio temporal; se solapan o superponen transitando juntos la experiencia humana.” (Págs. 27-28 y 41-42 “Emoción y Sentimientos”. Dr. Daniel López Rosetti).

En los sentimientos interviene nuestra voluntad. Por ejemplo, el enamoramiento es una mezcla de emoción y sentimiento; en cambio, el amor como sentimiento, se manifiesta en un acercamiento hacia el otro ser, con la voluntad de querer hacerlo y demostrarlo. Es al que se le conoce, como amor de dilección: es el que se experimenta cuando se prefiere a alguien, por sobre otras opciones o posibilidades.

Las Emociones Negativas nos Dañan.

El Dr. Don Colbert, en su famosa obra “Emociones que Matan”, escribió: “A lo largo de los años he trabajado con miles de pacientes cuyos doctores les habían diagnosticado enfermedades incurables como cáncer en sus últimas etapas, y con gente que ha tenido ataques cardíacos masivos. Sus médicos les han dicho en muchos casos que los pacientes tenían solamente entre tres y seis meses de vida. Para la mayoría, el diagnóstico de un ataque cardíaco fue una llamada de atención que les hizo buscar no solamente la salud física, sino también la emocional y la de sus relaciones. En todos los casos, invariablemente, lo primero que hacen estos pacientes es dejar de dedicar tanto tiempo y energía a cosas emocionales que les resultan dolorosas. En cambio, se enfocan en lo que es verdaderamente importante en sus vidas. Dios, el amor por la familia, el perdón y otros aspectos de la vida que les traen paz y felicidad. La sentencia de muerte, siempre logra aclarar los valores de una persona.

¿Por qué tenemos que sufrir antes de comenzar a buscar la verdadera salud emocional y la paz interior? ¡Tiene que haber un camino mejor! Al hablar con estos pacientes he llegado a la conclusión de que hay un alto porcentaje de personas en nuestro mundo, que parecen tomar la vida como si fuera una montaña rusa en un parque de diversiones. Dejan que la vida les suceda, nada más. Se abrochan el cinturón de seguridad y con penosa determinación soportan las subidas y bajadas, la excitación y el miedo. Cuando más dura el viaje, tanto más se acostumbran a los nudos en el estómago y la tensión en el cuello. De manera similar, cuanto más vea la persona su vida como un viaje cargado de estrés inevitable, tanto más se acostumbrará a tratarlos con Maalox o Prozac; hasta que llega un punto en donde la desilusión, el dolor, la preocupación, el miedo, la ira, la amargura, el resentimiento y los diversos grados de ‘depresión’ parecieran ser la norma en su vida. Las montañas rusas emocionales minan la salud física y psicológica, y a menudo dejan a la mente y el cuerpo casi sin energía ni fuerzas.

Los datos médicos parecen multiplicarse año con año:

  • La mente y el cuerpo están relacionados. El modo en que nos sentimos emocionalmente puede determinar cómo nos sentimos físicamente.
  • Hay emociones que liberan hormonas que a su vez, pueden ser disparadores del desarrollo de diversas enfermedades.
  • Los investigadores han vinculado científica y directamente a las emociones con la hipertensión, las enfermedades cardiovasculares y las enfermedades relacionadas con el sistema inmunológico. Los estudios también han correlacionado estrechamente a las emociones con las infecciones, las alergias y las enfermedades auto inmunológicas.
  • Específicamente, las investigaciones han relacionado a las emociones como la depresión al riesgo aumentado de contraer cáncer y enfermedades cardíacas. Las emociones como la ansiedad y el miedo demuestran tener relación directa con las palpitaciones cardíacas, el prolapso de la válvula mitral, el síndrome de colon irritable y los dolores de cabeza por tensión nerviosa, además de otras enfermedades.” (Págs. 11-13. Op. cit.).

Nuestras emociones duran 90 segundos.

“En términos químicos, las emociones duran solamente minuto y medio. Lo que sucede es que la emoción se renueva por sí misma y da la impresión de que dura más tiempo. En el centro del cerebro tenemos la amígdala, la cual es responsable de las emociones. Cuando estás frente a un estímulo interpretado como peligroso, sentimos miedo: la amígdala segrega una sustancia que conforma el ‘cóctel’ propio de cada emoción provocando palpitaciones, sudoración, tensión muscular, etc. que tarda unos 90 segundos en ser metabolizado por el cuerpo. Luego de ese minuto y medio, la sustancia en sangre desaparece junto a todos sus efectos. Quizá te estás preguntando: ‘entonces, ¿cómo se explica que siga enfadado desde  hace tres semanas si las emociones duran 90 segundos?’. Esto sucede porque la duración de la emoción depende de la idea a la cual está asociada, entonces si la idea es recurrente, la emoción se renueva por sí misma. Las emociones en sí mismas son temporales y que su duración depende de la idea a la que estén asociadas. Para bien o para mal en sí misma toda emoción es efímera por naturaleza.” (Blog de Gemma Ramírez. “Las emociones y su barrera de los 90 segundos”). Con esta magnífica información podemos concluir, que las emociones las anclamos o fijamos con nuestros pensamientos al empezar a rumiarlas mentalmente; es así como se convierten en actitudes, y éstas pueden durar horas, días, semanas, meses, o hasta años.

La Relación de los Órganos con las Emociones.

“La Medicina Tradicional China distingue 5 órganos yin: hígado, corazón, bazo-páncreas, pulmones y riñones. Y 5 órganos yang: vesícula biliar, intestino delgado, estómago, intestino grueso y vejiga. Los primeros se definen con forma más sólida y compacta y producen, transforman y almacenan diferentes tipos de energía. Los órganos yang se definen con forma hueca y sus funciones principales son la digestión de los alimentos y todo tipo de eliminación. A cada órgano yin se le asocia su correspondiente órgano yang.” (“Instituto Qigong Barcelona. Relación Órgano/Emoción”).

“Según la Medicina Tradicional China, nuestro cuerpo responde a cada estímulo físico, interno o externo, generando una tormenta de reacciones. Esas reacciones afectan a cada órgano de forma diferente. Además de los estímulos físicos, el organismo también procesa emociones y sentimientos. Si esas emociones son intensas, negativas y prolongadas, pueden perjudicar los órganos y hacerlos más vulnerables a ciertas enfermedades. Los Órganos y las Emociones que los Afectan.

Cuáles son los órganos y qué emociones pueden afectarlos según la Medicina Tradicional China:

  1. Corazón e intestino delgado: alegría. El corazón regula la circulación sanguínea; el intestino delgado es el encargado de absorber los nutrientes de los alimentos. Aunque una emoción sana como la alegría estimula el funcionamiento de estos órganos, su exceso podría generar: nerviosismo, taquicardia, insomnio y falta de concentración. Controlar la euforia, la agitación, la excitabilidad o el exceso de emotividad, puede ser positivo para el funcionamiento de estos órganos.
  2. Hígado y vesícula: ira. El hígado es el encargado de filtrar la sangre y regular la circulación de la energía vital -según la medicina tradicional china-; la vesícula acumula y excreta la bilis. Si tienes problemas con estos órganos, quizá seas una persona muy dinámica pero excesivamente preocupada, que incluso puede llegar a reaccionar con agresividad. La frustración y la indignación, son otras dos emociones asociadas a este órgano.
  3. Bazo y páncreas: obsesión. Mientras que el páncreas produce jugos que ayudan a descomponer los alimentos y hormonas que ayudan a controlar los niveles de azúcar en la sangre; el bazo forma parte del sistema linfático, que está formado por una red de órganos, ganglios linfáticos, conductos y vasos linfáticos que producen y transportan linfa, desde los tejidos hasta el torrente sanguíneo. El sistema linfático es una parte principal del sistema inmunitario del cuerpo. Quienes sufren de enfermedades relacionadas con estos órganos son personas tranquilas y calmadas, pero tienen dificultades para tomar decisiones. El equilibrio de la energía entre ambos órganos potencia la compasión y la empatía.
  4. Pulmón e intestino grueso: tristeza. Los pulmones regulan la respiración y el intestino excreta sustancias que cuerpo no necesita, en forma de heces. Como puertas del cuerpo hacia el exterior, ambos tienen un papel fundamental en la inmunidad del organismo. Si tienes problemas con éstos órganos, quizá seas una persona independiente y muy racional, pero sueles encerrarte en tu mundo interior. Esto puede derivar en síntomas físicos, como falta de apetito, opresión en el pecho o desgano.
  5. Riñón y vejiga: miedo. El riñón está asociado al miedo y a la angustia. Los riñones se encargan de la filtración de desechos, mientras que la vejiga almacena la orina y controla su excreción. Aquellas personas que presentan dolor lumbar, debilidad y otros síntomas, pueden estar pasando por situaciones que les generan incertidumbre. Mantener el equilibrio de la energía renal, conlleva desarrollar confianza en las propias capacidades.” (“Mejor con Salud ¿Cómo se relacionan los órganos de tu cuerpo con las emociones?).

La Sonrisa Interior Taoísta.

El Maestro Taoísta Mantak Chia, escribió: “En el taoísmo relacionas las emociones negativas con la energía de bajo nivel. Muchas personas llevan una vida llena de ira, tristeza, depresión, miedo, preocupación y otras variantes de la energía negativa. Estos tipos de energía están llamados a causar enfermedades crónicas y a quitarnos la mayor parte de nuestra fuerza vital. La Sonrisa Interior es una verdadera sonrisa dirigida a todas las partes del cuerpo, incluyendo los órganos, glándulas y músculos, así como el sistema nervioso. Produce energía de alto nivel capaz de curar y de ser transformada a veces incluso en un nivel de energía superior. Una auténtica sonrisa transmite energía afectuosa, que tiene el poder de animar y curar. En la antigua China, los Maestros Taoístas ya conocían el poder de la energía de la sonrisa. Practicaban la Sonrisa Interior, para mover la energía chi y producir un alto nivel de ésta y obtenían como resultado salud, felicidad y longevidad. La Sonrisa Interior dirige la energía de la sonrisa a los órganos y glándulas fundamentales para la vida. Irónicamente, aunque prestamos mucha atención a la apariencia externa, pocos somos conscientes del aspecto de los órganos internos, de su localización o de sus funciones. Es más, somos insensibles a los sutiles avisos que nos envían cuando los maltratamos con dietas inadecuadas y con formas de vida poco saludables. Si nos familiarizamos con los órganos y glándulas, apreciamos lo que hacen y aprendemos a descifrar sus mensajes, seremos recompensados disfrutando de mayor relajación y vitalidad”. (“Págs. 4-5. “Sistemas Taoístas para Transformar el Estrés en Vitalidad”).

Un antiguo proverbio chino señala que, “Cada sonrisa te hace un día más joven”. El Maestro Taoísta Mantak Chia, dice acerca de la técnica de la Sonrisa Interior: “Sonreírse a sí mismo, es como dejarse acariciar por el amor, y el amor puede curar y rejuvenecer”.

El Dr. Daniel López Rosetti, revela en esta obra lo siguiente: “Es frecuente que alguien elabore una explicación racional sobre una decisión determinada, cuando en realidad la mayoría de las veces esa decisión es simple y llanamente el resultado del deseo impulsado por las emociones y los sentimientos más profundos y, en algunos casos, ocultos en nuestro inconsciente. Diría que nuestro pensamiento, como proceso cognitivo, busca intencionalmente presentar en nuestro mundo social una explicación entendible y, a la vez, defendible desde la razón. Expresado de modo frontal, la emoción decide y la razón justifica”. (Pág. 13. Op. cit.). Por ello, muchos psicólogos prefieren hablar, en todo caso, de que mostramos una “racionalidad limitada”.

Eduardo Flores Zazueta

Un comentario en "Somos seres emocionales"

  1. Hola Eduardo con un gran agradecimiento, por este impecable trabajo de investigación, recopilación, lectura, análisis y síntesis, admiro tu entrega y vocación de servicio al compartir el Tema de las emociones, que de hecho debiera ser un asignatura obligada de autoconocimiento y estudio continuo. Toda mi Gratitud y reconocimiento.
    H. Namkha Yeshe.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.