¿Eres Víctima o Protagonista de tu Vida?

“El victimismo o victimización, es la tendencia de una persona, grupo de personas o colectivo a considerarse víctima. Una víctima es quien sufre un daño personalizable por caso fortuito o culpa ajena. El victimista, en cambio, se disfraza de víctima, consciente o inconscientemente, simulando una agresión o menoscabo inexistente y responsabilizando erróneamente al entorno o a los demás.” (“Wikipedia. Victimismo”):
¿Cómo se presenta o se representa el victimismo?
“El victimismo es un patrón de comportamientos en los que la persona adopta un rol constante de víctima. Además, sostiene una actitud pasiva y evitativa ante los problemas y culpa a los demás de todo lo malo que le sucede.

Desde ‘Psicólogos en Málaga’, afirman que este tipo de afrontamiento evitativo es habitual encontrarlos en terapia, y una de sus múltiples consecuencias es que las personas victimistas acaban teniendo una visión negativa de todo lo que les rodea, provocándoles un intenso sufrimiento e indefensión. El victimismo no está clasificado por ningún diagnóstico clínico, sin embargo, un victimismo crónico muy acusado podría estar relacionado con el trastorno de personalidad paranoide, donde la persona culpa a los demás de todo aquello malo que le pasa, y situándose a sí mismo siempre en una posición de víctima.
¿Qué lleva a una persona a adoptar el rol de víctima?

El rol de víctima funciona como un mecanismo de protección ante síntomas de miedo o ansiedad. Se trataría de un modelo de evitación donde la persona prefiere no afrontar la responsabilidad de sus acciones ya que no se sienten preparados para el fracaso, y acaban proyectando esa culpa hacia los demás. Constituiría, por tanto, un modo desadaptativo de hacer frente a las dificultades y problemas frecuentes de la vida de una persona.Además, de este modo logra influir sobre el comportamiento de los que le rodean. Resultando reforzado a través de: atención, ayuda, favores, compañía, lástima o simpatía de otros.
¿Qué caracteriza a la persona victimista?

- Da lástima como método para llamar la atención.
- Se queja constantemente por casi todo.
- Tiende a pensar negativamente de los demás y sus posibles intenciones.
- Utiliza, de forma inconsciente el chantaje emocional y la manipulación para lograr sus objetivos.
- Si comete un error o fracasa, culpa a los demás o a las circunstancias para justificarse.
- Frente a los problemas mantiene una actitud pasiva.
- Sentimientos de culpabilidad bajos o ausentes, ya que entiende que es la víctima.” (“Psicopedia. Victimismo: Psicólogos expertos explican el rol de víctima”).
“La persona con mentalidad victimista, se muestra más:
- Negativa. Con una tendencia general a centrarse en lo malo, más que en los aspectos buenos de una situación. Un vaso que está medio lleno es considerado medio vacío. Una persona con un nivel de vida alto se queja de no tener suficiente dinero. Una persona sana reniega de problemas de salud leves que otros ignorarían.
- Absorta en sí misma. Incapaz o reticente de ponerse en los zapatos de otros, considerando una situación desde el punto de vista de otra persona.
- Defensiva. En conversación, lee malas intenciones inexistentes con respecto a una cuestión neutra y reacciona con una acusación basada en esas sospechas, obstaculizando así una resolución del problema con el otro, y por el contrario creando conflictos innecesarios.
- Categorizadora. Tendente a dividir a personas en ‘buenas’ o ‘malas’, sin zona gris entre estos dos extremos.
- Asustada o acobardada. Generalmente poco dispuesta a tomar riesgos; exagerando la importancia o posibilidad de posibles consecuencias negativas.
- Exhibe indefensión aprendida. Infravalora su posible influencia y capacidad de acción ante determinada situación, sintiéndose impotente.
- Terca. Tendente a rehusar sugerencias o críticas constructivas de quienes le escuchan y se preocupan por ella; incapaz o reticente de implementar las sugerencias de otros para su propio beneficio.
- Auto-recriminadora. Incluso más allá de lo que otros presuntamente podrían serlo con ella.

Como la mentalidad de víctima es principalmente aprendida en vez de innata, en principio es posible abandonarla. Un cambio de actitud puede ser provocado por una situación extraordinaria o una crisis. Por otro lado, no hacer caso de sugerencias de otros es una característica propia de la mentalidad de víctima, por lo que generalmente no responden positivamente a intentos diarios de otra persona de señalar el problema y su posible solución, lo cual contribuye a que la condición se convierta en crónica.” (“Wikipedia. Mentalidad victimista”).

El victimismo crónico.

“Existen personas que hacen gala de un victimismo crónico: se encuentran en un estado permanente de quejas y lamentos infundados. Estos individuos se escudan en una personalidad victimista, aunque algunos de ellos adoptan esta actitud de forma inconsciente. De este modo se liberan de cualquier responsabilidad en sus acciones y culpabilizan al resto de lo que les ocurre. Este modo de afrontar el día a día puede traer más consecuencias negativas. Uno de los perjuicios más claros es la visión pesimista de la vida que acarrea el victimismo crónico, ya que crea un entorno de malestar y desconfianza tanto para la persona que siempre se queja como para las personas de su alrededor, que se sienten injustamente tratadas.
En una gran cantidad de casos, la persona que muestra esta tendencia hacia el victimismo crónico acaba por alimentar una serie de malos sentimientos, tales como el rencor o la ira, que pueden degenerar en un victimismo agresivo. El victimista agresivo no solo culpa a los demás y se lamenta por todo, sino que también puede adoptar actitudes agresivas y violentas, intolerancia y desprecio hacia la integridad física y moral de las personas que considera culpables por algún motivo.” (“Psicología y Mente. Victimismo crónico: personas que se quejan por vicio”).
El complejo de mártir.
“Existen personas que de forma regular se ubican en el rol de víctima, y justamente por el beneficio que pueden llegar a obtener a partir de esa posición. Complejo de mártir tiene una persona que toma ventaja de la victimización a su favor, como una estrategia recurrente en su vida cotidiana. Son personas que ponen a los demás por delante de sí, incluso sabiendo que deberían priorizarse. De esta manera acaban siendo realmente perjudicados, pero a propósito, ya que toman ventaja de la posición que adoptan al hacerlo.
Bajo el pretexto del amor, o del ‘deber hacer’ las personas con complejo de mártir postergan sus necesidades para atender primero las de otras personas. Lo hacen de forma voluntaria y, con la finalidad de sentirse mejor consigo mismos creyendo que están haciendo un bien a los demás. Sin embargo, estas conductas tienden a ser autodestructivas, ya que implican la puesta en primer plano de intereses ajenos en lugar de pensar en uno mismo.
Principales características del mártir.

En ellos son recurrentes algunos pensamientos, ideas o comportamientos que nutren su postura de mártir. Entre ellos podemos enumerar:
- Se adjudican el ser buenas personas. Consideran sus acciones de sacrificio por los demás como un acto de bondad y amabilidad.
- Desean ser validados por los demás. Una persona con este complejo, normalmente, desea adquirir reconocimiento por parte de las demás personas por su buena acción.
- La imagen de persona sacrificada les sienta bien. De hecho, normalmente, tienden a ‘agravar’ su sufrimiento frente a los demás.
- Les resulta muy difícil poner límites en sus relaciones. Eso es lo que los lleva a ponerse en segundo lugar, priorizando las necesidades de otras personas.
- Buscan crear situaciones en las que las otras personas parecen ‘las malas’. A los mártires les gusta destacar por bondadosos. Entonces, hacer que los otros se vean como los malos, es una gran estrategia para destacar por su generosidad.
Esta es una conducta autodestructiva que afecta a las personas con este complejo a nivel individual y, por supuesto, también a su entorno social. Además, con una persona así es difícil mantener una relación. Esto se debe a que constantemente intentarán demostrar lo mal que se sienten y cuánto sufren, también tienden a enaltecer su imagen constantemente, lo que puede ser al mismo tiempo difícil de tolerar.” (“Psicopedia. Complejo de mártir, la victimización como estrategia”).
Ser objetivos y responsables.

Cuando transitamos a través de una pérdida material (de dinero, trabajo o casa); física (de salud, fallecimiento de un amigo, o de un familiar), o emocional (alejamiento de un amigo/a, separación de la pareja o divorcio), hay una tendencia natural a caer en el victimismo, pero debe ser temporal mientras nos recuperamos emocionalmente. Como tónica vital, debemos ser independientes, responsables y resolutivos. Así lo afirmó el filósofo, poeta, músico y filólogo alemán Friedrich Nietzsche: “La libertad es la voluntad de ser responsables de nosotros mismos”.
Eduardo Flores Zazueta