La Oración de Jesús u Oración del Corazón.

La Oración de Jesús u Oración del Corazón.

“Uno de los pilares de la espiritualidad del oriente cristiano es la llamada ‘oración del corazón’, conocida entre los cristianos de Occidente por el librito titulado ‘Relatos de un peregrino ruso’. También se denomina ‘oración de Jesús’, ‘oración del nombre de Jesús’ u ‘oración del Nombre’ porque se fundamenta en la pronunciación del nombre del Señor. No se trata simplemente de una ‘técnica’ de oración más o menos recomendable, sino de toda una espiritualidad y de un modo de orar que puede ser muy valioso para el que quiera ser contemplativo en la vida secular. […] La invocación del Nombre de Jesús está al alcance de los misterios más profundos. Se adapta a todas las circunstancias de tiempo y lugar: los trabajos del campo, de la fábrica, de la oficina, del hogar, son compatibles con ella.”

En Cumplimiento con el Mandato de Jesús y de los Apóstoles.

“Uno de los problemas que se plantea la espiritualidad cristiana desde los primeros siglos, y que constituye una preocupación esencial en la espiritualidad oriental, consiste en descubrir el modo de orar sin cesar, siguiendo el mandato de Jesús y de los apóstoles. Les decía una parábola para enseñarles que es necesario orar siempre, sin desfallecer (Lucas 18:1); Sed constantes en orar (1 Tesalonicenses 5:17); Dad gracias en toda ocasión (1 Tesalonicenses 5:18 y Efesios 5:20); Sed constantes en la oración (Colosenses 4:2); Sed asiduos en la oración (Romanos 12:12).” (“Contemplativos en el mundo. Espiritualidad. La oración del corazón”).

Historia del Hesicasmo.

“El Hesicasmo, (del griego; hēsykhasmós, derivado de hēsykhía, ‘quietud, silencio, paz interior’), es la doctrina y práctica ascética difundida entre los monjes cristianos orientales, principalmente los de la llamada ‘Iglesia ortodoxa’, a partir del siglo IV con los llamados ‘Padres del desierto’. El objetivo del hesicasmo es la búsqueda de la paz interior en unión mística con Dios y en armonía con la creación.

Se atribuye el principal desarrollo del hesicasmo, a la comunidad monástica del monte Athos, pudiendo rastrearse influencias anteriores llegadas desde la península del Sinaí, y probablemente en última instancia desde la India, cuyas tradiciones budistas y yóguicas se extenderían hasta Irán, Asia Central, Mesopotamia y Siria, y llegarían a contar con arraigo hasta el norte de África. Estas influencias podrían haber alcanzado el cristianismo, a través del influjo del sufismo musulmán y prácticas como el dhikr [recordar a Allah en el corazón y mencionarlo con la lengua].

El hesicasmo, tuvo gran difusión en los monasterios de Constantinopla (siglo XI) y del monte Athos (siglo XIV), llegando a ser adoptado también por la comunidad cristiana gnóstica del bogomilismo [fundada por el patriarca Bogomil], popularizada en el siglo XII en Constantinopla, bajo el reinado de Alejo I Comneno, y sobreviviendo hasta los religiosos eslavos orientales de Rusia (siglo XVIII). Su espiritualidad tuvo gran influencia en la teología ortodoxa, impregnándola hasta nuestros días con la mística del corazón.” (“Wikipedia. Hesicasmo”).

La Oración de Jesús u Oración del Corazón.

“Con alguna razón se ha calificado al hesicasmo como una práctica que mantiene semejanzas con el Oriente, es más, muy probablemente hayan existido influjos provenientes de la India; aunque algunos sostienen que la influencia pudo ser a la inversa; la parte central de la doctrina se basa en una reunión con la deidad y para esto se da un conjunto de prácticas fisiológicas y psicológicas; por ejemplo mantener la inmovilidad física y psíquica mientras se recita incesantemente la llamada ‘plegaria a Jesús’ o ‘plegaria del corazón’ la cual consiste en una reiteración de una misma frase según el ritmo relajado de la respiración; al decir de los practicantes del hesicasmo la unión mística y el ilapso, (especie de éxtasis contemplativo, durante el cual se suspenden las sensaciones exteriores y queda el espíritu en un estado de quietud y arrobamiento).” (“Wikipedia. Hesicasmo”).

Sus Elementos Constitutivos.

La Oración de Jesús u Oración del Corazón, está compuesta por tres elementos esenciales:

  • La respiración profunda por la nariz.
  • La jaculatoria, u oración breve y fervorosa; repetida de manera consecutiva, constante y de manera indefinida.
  • La concentración en el corazón.

“Se ha dicho que el hesicasmo constituye algo así como la contrapartida cristiana del yoga, pues sitúa la exploración de la interioridad en relación con la corporeidad (en particular con la quietud y la respiración). Porque conjuga las tres dimensiones de la persona y por la fuerza que le da su simplicidad, esta oración es hoy, seguramente, capaz de entusiasmar de nuevo a los buscadores del espíritu.” (“Amigos del Desierto. Hesicasmo”).

Su Práctica.

La práctica la puedes realizar por la mañana al despertar y/o en la noche antes de acostarte. Puedes estar sentado/a, con lo ojos cerrados y en total recogimiento interior. Mientras inhalas profundamente por la nariz, recitas mental o verbalmente: “Señor Jesucristo”, y cuando exhalas profundamente por la nariz, recitas “ten piedad de mí”; esto lo haces de manera continua e ininterrumpidamente, por el tiempo previo que tu establezcas.

Dicha práctica, exceptuando la concentración en el corazón, también la puedes establecer durante tus actividades diarias, especialmente cuando son rutinarias; es decir, al realizar los quehaceres de la casa, cuando limpias o lavas algún objeto en particular, o cuando te desplazas de un lugar a otro, etc.

“La plegaria de Jesús, interior y constante, es la invocación continua e ininterrumpida del Nombre de Jesús por medio de los labios, del corazón y de la inteligencia (mente, palabra y cuerpo del Budismo), sintiendo su presencia en todas partes y en todo momento, incluso mientras dormimos. Se expresa con estas palabras: ¡Señor Jesucristo, ten piedad de mí!” (“Budistas. El Hesicasmo y la Filocalia: Un Modelo Budista propiamente Cristiano”).

La Relevancia y Trascendencia Espiritual que tiene Nuestro Corazón.

En el Bhagavad Gita (Canto del Señor), Krishna le dice a Arjuna: “Él es la Luz de todas las luces que brillan, disipando todo vestigio de oscuridad. Él es el Conocimiento y la meta del Conocimiento que mediante el Conocimiento se alcanza. Él mora en el corazón de todos los hombres”. (“Capítulo 13. Conocimiento, Campo y Conocedor”. Sloka 17).

Drunvalo Melchizedek, fundador de “School of Remembering”, escribió: “El espacio sagrado del corazón, también llamado por algunos la cámara secreta del corazón, es una dimensión intemporal de la conciencia donde todas las cosas son posibles, aquí y ahora. En todos los antiguos escritos del mundo y las tradiciones orales hay referencias a un lugar especial o secreto dentro del corazón. Los cortos versos del Chandogya Upanishad[1] al principio de este libro son un ejemplo. Otro, es el libro asociado con la Torah, llamado, ‘La Cámara Secreta del Corazón’.” (Pág. 38. “Viviendo en el Corazón. Como entrar al espacio sagrado del corazón”).

[1]“Tan vasto como fuera de este espacio es el espacio pequeñito dentro de tu corazón: el cielo y la tierra se encuentran ahí, fuego y aire, sol y luna, relámpagos y constelaciones, cualquier cosa que te pertenezca aquí abajo y aquello que no, todo esto está reunido en ese pequeñito espacio dentro de tu corazón.”

Del libro, “Relatos de un Peregrino Ruso”.

“El camino que recorremos con el peregrino es tanto un itinerario espiritual en su anécdota concreta, configurada por la sucesión de eventos exteriores, como también, y fundamentalmente, por la enseñanza específica contenida en cada uno de ellos, que nos adentra progresivamente en la vía espiritual, tal como es concebida por la tradición hesicasta en particular. Se nos describen todas las etapas de la vía, desde la inicial inquietud del alma que despierta a la llamada de lo alto, hasta la llegada a la hesychia, el ‘santo silencio’, pasando por las fases de purificación e iluminación previas de aquélla.

Este ‘testamento’ del hesicasmo, como me gustaría calificar a esta obra, constituye un testimonio inapreciable de ‘la rama más directa y más intacta de la Iniciación Crística… que de los Padres del Desierto hasta el peregrino ruso representa indiscutiblemente el patrimonio más inalterado de la espiritualidad cristiana primitiva, es decir, propiamente Crística, y de su expresión más pura y profunda’[2]; a la que no será aventurado suponer extinguida, por lo menos a lo que se refiere en su manifestación visible.” (Págs. 4-5. Op. cit. Prefacio por el sacerdote Paísius, abad del monasterio de San Miguel Arcángel, en Kazan, en la edición de 1889. El Autor es Anónimo).

[2]”El Abad Apolos. Cfr. Apophtegmata Patrum (citado por Paul Evdokimov, Les âges de la vie spirituelle, París, 1964, p. 230).”

Jean Lafrance, sacerdote secular francés, director de “Ejercicios y Retiros”, y practicante de la oración de Jesús, la describió de manera muy profunda y atinada: “Cuando decimos que el hombre debe descubrir la oración del corazón, estamos pensando en las energías del Espíritu que habitan en su corazón para transfigurarle”. (Pág. 11. “La oración del corazón”). Recuerda que el Camino a seguir, es el del Corazón.

Eduardo Flores Zazueta

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