La Estupidez, es mucho peor que la Maldad

La Estupidez, es mucho peor que la Maldad

El diccionario de la lengua española (RAE), define la estupidez como, “torpeza notable en comprender las cosas”; la etimología del concepto hace referencia a dos acepciones: el verbo latino “stupere”, quedar paralizado y “stultus”, necio. En cambio la maldad, “busca generar un perjuicio o, al menos, a su ejecutor no le interesan sus consecuencias, por más negativas que sean”. Dietrich Bonhoeffer, pastor protestante y teólogo luterano alemán, escribió: “Habiéndose convertido en una herramienta, el estúpido será capaz de cualquier mal y al mismo tiempo será incapaz de ver que forma parte de él.”

¿Quién fue Dietrich Bonhoeffer?

“Fue un líder cristiano alemán (1906-1945), que participó en el movimiento de resistencia contra el nazismo. Bonhoeffer, pastor protestante y teólogo luterano, fue arrestado y encarcelado. Mientras estaba preso fue acusado de pretendidamente haber formado parte en los complots planeados por miembros de la Abwehr (‘Oficina de Inteligencia Militar’) para asesinar a Adolf Hitler y por esa razón fue finalmente ahorcado el 9 de abril de 1945.” (“Wikipedia. Dietrich Bonhoeffer”).

La Teoría de la Estupidez de Bonhoeffer.

“De acuerdo con la teoría de Bonhoeffer, no se tiende a combatir la estupidez del mismo modo que se hace con la maldad. Sus naturalezas son muy distintas. Tanto es así que, por lo general, sonreímos ante la conducta ingenua, el razonamiento simplista y el comentario irreflexivo que no merece siquiera debatirse. Este fenómeno se nota con frecuencia en redes sociales. Los tuits estúpidos pululan por doquier y se procura no darles importancia; se toleran. Hasta que, de pronto, se vuelve viral una noticia falsa, se da pábulo a una teoría de la conspiración y las ideas sin base científica ni lógica se expanden sin control.

Asimismo, hay otro hecho similar analizándose desde hace años en el ámbito de las organizaciones, es lo conocido como ‘estupidez funcional’. La ‘Universidad de Uppsala’, Suecia, destaca en un trabajo cómo en muchas empresas los empleados ya no cuestionan los procedimientos ni las normas imperantes. Solo se dejan llevar. Esta dinámica también es un problema, porque quien se convierte en un agente pasivo sin reaccionar ni reformular aquello que le condiciona y le rodea, da paso libre al totalitarismo y la coacción. Normalizar y permitir que fluya la conducta estúpida afecta a todos, porque actúa como facilitadora de la maldad. […]

La teoría de la estupidez de Bonhoeffer, cobra relevancia en la actualidad, porque cada vez se asumen más ideas como veraces de manera automática, sin un pensamiento crítico que las cuestione. En esta realidad dominada por el scroll [el deslizar texto, imágenes o vídeo por un monitor o pantalla, vertical u horizontalmente] y el clickbait [es el ciberanzuelo; con ciertos contenidos en internet, que apuntan a generar ingresos publicitarios, usando titulares y miniaturas de maneras sensacionalistas y engañosas], apenas queda tiempo para dudar de lo que se ve y analizar lo que se dice. Es más fácil aceptar lo que llega y obedecer, imitar o hacer lo mismo que hacen los demás. Sucedió con el Brexit y fenómenos similares durante el confinamiento por coronavirus.” (“La Mente es Maravillosa. La teoría de la estupidez de Bonhoeffer, algo más peligroso que la malicia”).

¿Quién fue Carlo María Cipolla?

“Fue un historiador económico italiano (1922 – 2000). Nació en Pavía, y se graduó en la Universidad de esa misma ciudad en 1944, con una tesis sobre la ‘Historia de las explotaciones agrarias en el valle del Po’. A través de la historia económica, con un enfoque humanista y en ocasiones humorístico, mostró un mayor interés en las causas que han provocado determinadas situaciones económicas y sociales a lo largo de la historia, que por hechos materiales y cifras concretas. Fue también conocido por sus artículos sobre la superpoblación y un ensayo satírico sobre la estupidez humana.” (“Wikipedia. Carlo María Cipolla”).

“Análisis Antropológico.

Para Cipolla la estupidez es el rasgo más peligroso del ser humano. Una persona estúpida, causa pérdidas a otra persona o grupo de personas, sin obtener ninguna ganancia para sí mismo, e incluso incurriendo en pérdidas.

El principio de Hanlon establece que ‘nunca atribuyas a la maldad lo que se explica adecuadamente por la estupidez’. Para Hanlon es el origen de la mayoría de los más graves errores que cometen los seres humanos. Antropológicamente en el Homo Erectus, no había estúpidos, más bien todo lo contrario. Es solo el hombre actual, el Homo Sapiens, quien gracias al proceso de civilización y socialización, es capaz de alcanzar este estado singular: la estupidez.

En el siglo XX, Walter B. Pitkin realizó el trabajo más extenso y exhaustivo sobre la estupidez, ‘A Short Introduction to the History of Human Stupidity’ [‘Una Breve Introducción a la Historia de la Estupidez Humana’]. Un manual de seiscientas páginas en el cual, consideraba el autor, que la estupidez era abundante y destacaba especialmente el mundo de la política y las finanzas. En 1969, el catedrático de ‘Ciencias de la Educación’ de la ‘Universidad de California’, Laurence J. Peter, explicó este fenómeno con un principio que lleva su apellido, ‘El Principio de Peter’: ‘En una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta alcanzar su nivel de incompetencia’, o ‘con el tiempo, todo puesto en una jerarquía tiende a ser copado por un empleado que es incompetente para desempeñar sus obligaciones’.

Jean Paul Richter, escritor educado en el protestantismo, influido a sus dieciocho años por las lecturas de Voltaire y Rousseau, publicó ‘Elogio de la estupidez’, en 1782. Se refería a la estupidez la germana, la de aquellos, en sus propias palabras, que viajaban más pendientes de la brújula que del mapa.

‘Las leyes fundamentales de la estupidez humana’.

El historiador económico italiano Carlo María Cipolla, describe las cinco leyes de la estupidez humana:

  1. Siempre e inevitablemente cualquiera de nosotros, subestima el número de individuos estúpidos en circulación.
  2. La probabilidad de que una persona dada sea estúpida, es independiente de cualquier otra característica propia de dicha persona.
  3. Una persona es estúpida, si causa daño a otras personas o grupo de personas, sin obtener ella ganancia personal alguna, o, incluso peor, provocándose daño a sí misma en el proceso.
  4. Las personas no-estúpidas, siempre subestiman el potencial dañino de la gente estúpida; constantemente olvidan que en cualquier momento, en cualquier lugar y en cualquier circunstancia, asociarse con individuos estúpidos constituye invariablemente un error costoso.
  5. Una persona estúpida, es el tipo de persona más peligrosa que puede existir.

Racionalidad.

En esencia, los estúpidos son peligrosos porque a las personas razonables les resulta difícil imaginar y entender hasta dónde puede llegar un comportamiento estúpido. Una persona inteligente puede entender la lógica de un malvado. Las acciones de un malvado siguen un modelo de racionalidad: racionalidad perversa, pero al fin y al cabo racionalidad. En definitiva, se pueden prever las acciones de un malvado, sus sucias maniobras y sus detestables aspiraciones, y muchas veces se pueden preparar las adecuadas defensas desde un modelo racional. Con una persona estúpida todo esto es absolutamente imposible. Puesto que las acciones de una persona estúpida no se ajustan a las reglas de la racionalidad, generalmente el ataque coge por sorpresa e incluso cuando se tiene conocimiento del ataque, no es posible organizar una defensa apropiada y racional, porque el ataque, en sí mismo, carece de cualquier tipo de racionalidad.” (“Nueva Tribuna. La estupidez, el rasgo más peligroso del ser humano”).

Como corolario, afirmamos que eventualmente podemos caer en la estupidez por nuestra propia inconsciencia: ya sea por la emoción del momento, por distracción, por prisa, por suponer, por prejuicio, etc., porque como lo apuntó el propio Dietrich Bonhoeffer: “No es tanto de que la estupidez sea un defecto congénito, sino que las personas se vuelven estúpidas o permiten que esto les suceda”. En cambio, la maldad es el resultado de un acto consciente, deliberado, es decir, que se hace de forma voluntaria e intencionada después de haberlo pensado. El comandante militar y líder político francés Napoleón Bonaparte, señaló muy claramente la diferencia entre ambas posibilidades: “Nunca atribuyas a la malicia lo que se explica adecuadamente por la estupidez”.

Eduardo Flores Zazueta

3 comentarios en "La Estupidez, es mucho peor que la Maldad"

  1. Sin lugar a dudas lo más temible en las infinitas posibilidades de la experiencia o vivencia humana, en plural o en singular!

  2. Estoy impresionado por la selección del Tema de esta semana pero cada vez compruebo Qué es más popular de lo que pensamos Todos los dogmas de fe que aceptamos como verídicos antes la comodidad de la nueva investigación y eso se termina por generaciones un gran reflexión Cárcel un alto en el camino y que tanto de esta materia nos ocupa Día Día Admirable tu investigación me agradaría que 2 caras de más De neurociencias un abrazo

  3. Que fuerte y impactante a la vez, no cabe duda la ignorancia es más común de lo que pensemos.
    Querido maestro,como siempre comprendo esa gran sabiduría que lo casa.!!

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