El Ajolote, es un prodigio de la Regeneración Celular
Es capaz de crear extremidades como la cola o las patas, pero también, de regenerar órganos importantes como el cerebro y el corazón.
“El ajolote (del náhuatl āxōlōtl, ā, atl, agua y xōlōtl, extraño, monstruo; monstruo de agua), Ambystoma mexicanum, es una especie de anfibio caudado ambistomátido del género Ambystoma relacionado con la salamandra tigre. Fue descrito originalmente por George Kearsley Shaw y Frederick Polydore Nodder. Es endémico del sistema lacustre de la Cuenca de México y ha tenido una gran influencia en la cultura mexicana. Es una especie neoténica, es decir, puede alcanzar la madurez sexual reteniendo sus características larvarias, es decir, no completando el proceso de metamorfosis, al contrario que la mayoría de los anfibios. […]
La característica del ajolote que más llama la atención es su capacidad regenerativa; el ajolote no cicatriza y es capaz de regenerar extremidades perdidas enteras en un período de meses, y en ciertos casos, estructuras más vitales, como la cola, los miembros, el sistema nervioso central y tejidos del ojo y el corazón. Incluso pueden restaurar partes no vitales de sus cerebros. También pueden aceptar fácilmente trasplantes de otros individuos, incluidos ojos y partes del cerebro, restaurando estos órganos externos a su funcionalidad completa. En algunos casos, se sabe que los ajolotes, aparte de regenerar una extremidad dañada, pueden generar una adicional.” (“Wikipedia. Ambystoma mexicanum”).
El Ajolote en la Mitología Mexica.
“Hace mucho tiempo, los dioses decidieron reunirse en Teotihuacán, para crear el universo ofreciendo su propia vida en sacrificio. Deidades como Huitzilopochtli, Xochipilli y Tezcatlipoca, entre otros, se arrojaron al fuego, sin embargo, uno de ellos no quería hacerlo, pues tenía miedo. Este era Xólotl, el dios perro y gemelo de Quetzalcóatl. Xólotl no quería arder, aunque su inmolación era importante para dar movimiento a los astros y, así, concluir la invención del universo. Entonces tomó valor y huyó velozmente de Teotihuacán hacia rumbo desconocido.
Los dioses estaban enojados ante tal acción, por lo que le ordenaron al Viento [Ehécatl] encontrarlo para que cumpliera el sacrificio. La tarea no era tan fácil, pues Xólotl empezó a transformarse en diversas especies para que no lo hallaran. La primera forma que adoptó fue la de un guajolote [del náhuatl, huexólotl, que significa viejo monstruo], pero al verse amenazado por la cercanía del viento, se convirtió en maguey [penca doble o mejolote; del náhuatl mexólotl, de metl, maguey y xólotl, doble o gemelo]. Luego tomó la figura de un perro xoloitzcuintle [del náhuatl, Xólotl, personificación vespertina del planeta Venus, la estrella del ocaso, pero, también significa gemelo e itzcuintli*, perro], pero de nuevo fue rastreado, por lo que alteró su cuerpo para lucir como una planta de maíz. A pesar de todas las transformaciones, Xólotl era localizado por el enviado de los dioses. Al no tener escapatoria, decidió arrojarse al lago convirtiéndose en un axolote.” (“Acuario Michin Puebla. La leyenda del axolote mexicano, un dios que se negó a morir”).
*Los sustantivos escuincle y escuincla, aplicados a los niños, tienen esta misma raíz, proveniente del náhuatl.
El Ajolote, en la Regeneración de Órganos y Extremidades de los Humanos.
“Un anfibio con un pequeño rostro sonriente, cuatro patas, una corona de agallas, una aleta puntiaguda y una textura lisa, son las palabras para describir a un animal como el ajolote. De acuerdo con una leyenda azteca, un monstruoso dios tomó la forma de este pequeño animal sonriente para evitar ser sacrificado. Pero, por muy amigable que parezca, esto no es lo que llama la atención de los científicos, sino su talento para regenerarse.
Al igual que las salamandras o las lagartijas, los ajolotes tienen la capacidad de regenerar extremidades. Pero a diferencia de otros animales con talentos parecidos, ellos pueden hacer crecer tejidos como pulmones, ojos, ovarios, la médula espinal incluso cerebro y corazón. Estos animales, mientras no les corten la cabeza, tienen la capacidad de reemplazar diferentes partes de su cuerpo.
La pregunta que tienen quienes los estudian, es ¿cómo logran hacerlo? De responder este cuestionamiento no sólo se podrá descifrar a un misterioso anfibio, sino que podría ser vital para desarrollar herramientas para tratar un sinnúmero de lesiones e incluso enfermedades humanas. La clave está en su genoma, que según los descubrimientos hechos a principios de 2019, es 10 veces más grande que el genoma humano, por lo que han tardado en descifrar qué es lo que hace que desarrollen los ‘súper poderes curativos’.
A partir de un estudio, Melissa Keinath, becaria posdoctoral en el ‘Instituto Carnegie para las Ciencias’, en Baltimore y sus colegas hicieron un mapa de más de 100,000 partes del ADN y los agruparon según sus cromosomas, de acuerdo a un artículo de 2019, del periódico ‘The New York Times’. Científicos usaron un enfoque llamado mapeo genético por vinculación, el cual aprovecha secuencias de ADN similares para compararlas. Para identificar el ADN específico, los investigadores contrastaron a los ajolotes con las salamandras tigre. También cruzaron estas especies para crear un híbrido y comparar su ADN con el del ajolote puro. De esta manera fue posible inferir cuáles de las secuencias pertenecían solamente al ajolote. ‘Fue como juntar catorce rompecabezas lineales’, dijo Randal Voss, profesor de Neurociencia en la ‘Universidad de Kentucky’ y coautor del estudio, en la publicación. En este proceso se pudo identificar una deficiencia cardíaca común en los sonrientes anfibios, esto permitió pensar en las funciones y en cómo se regulan los genes, explicó Voss, ya que una gran parte del genoma consiste en secuencias de ADN que se habilitan y deshabilitan en genes específicos. Con frecuencia, estos genes se presentan en los mismos cromosomas, que con genes con los que interactúan.
‘En cuanto se conozcan estas relaciones, podremos hacer preguntas, acerca de si el mismo tipo de controles aparecen en otros animales, como los humanos’, declaró Jessica Whited, profesora y experta en regeneración de extremidades en la ‘Facultad de Medicina de Harvard’, quien no participó en el estudio. Esto abrió las puertas para un equipo de la ‘Universidad de Yale’, quienes hicieron su investigación para mapear estructuras concretas dentro de los genomas para descubrir de qué depende la regeneración de los tejidos de los ajolotes.
En un trabajo recién publicado por la revista científica ‘eLife’, se reveló que son 25 genes sospechosos de contener la información relacionada con la regeneración de tejidos. El genoma de un organismo contienen la información necesaria para su funcionamiento, pero no todos los genes se expresan en todas las células, ya que cada una utiliza los que se necesitan. Esto quiere decir que las células del corazón no expresarán los mismos genes para crear melanina, pero estos últimos, sí se encontrarán en las células de la piel. Debido a esta razón, los científicos se centraron en el blastema, una masa de células indiferenciadas de la que se generará un órgano o tejido determinado. Fue así que se hallaron que las proteínas catalasa y fetuina-B son codificadas, por genes necesarios para que la cola y las extremidades vuelvan a desarrollarse. Según la revista científica, las células que carecen de fetuina-B y catalasa tienen una capacidad reducida para contribuir a la regeneración de extremidades.
Además, uno de los elementos que se tiene que tomar en consideración es la especie reactiva de oxígeno (EOR o ROS). Estas son moléculas pequeñas que se forman de manera natural como consecuencia del metabolismo normal del oxígeno, pero en etapas de estrés ambiental, sus niveles pueden aumentar y esto genera daños en el nivel de estructura celular. Pese a sus efectos potencialmente dañinos, los ROS son esenciales para la regeneración. Pero la exposición prolongada a ROS puede perjudicar la regeneración tisular, por lo que sus niveles deben ser extremadamente regulados durante la regeneración, una tarea que los anfibios hacen en automático.” (“Infobae. Encontraron los genes responsables de la capacidad de regeneración del ajolote mexicano”).
¿Por qué México es tan importante para el mundo? Desde el punto de vista geomagnético, el primer Chakra de la Tierra está en México; localizado geográficamente en los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl. Por ser el Chakra Raíz, nuestro país cobra relevancia histórica y cultural muy especial. En los últimos 500 años, México ha contribuido al desarrollo del mundo. En lo gastronómico y culinario: con el aguacate, cacao, calabaza, epazote, frijol, jitomate, maguey, maíz, nopal, etc. En época reciente, ha sido en lo científico, artístico y cultural. Actualmente lo vemos, en las investigaciones científicas del genoma de nuestro asombroso ajolote. Su imagen, aparece en los nuevos billetes de cincuenta pesos. Ometeotl.
Eduardo Flores Zazueta