El Fuego, como el principio sustentador universal

El Fuego, como el principio sustentador universal

El fuego representó el principio masculino y fecundador del mundo, por ello, para acercarnos a sus valencias, es necesario revisar algunos mitos en donde figura como fecundador del mundo y así comprender sus rituales. (“SciElo. El lenguaje ritual del fuego en los mayas del periodo Clásico: un acercamiento”).

“La adoración del fuego es la acción de rendirle culto a este elemento, considerándolo sagrado en sí mismo o bien, representante de alguna divinidad. La veneración al fuego, fue el rasgo característico de casi todos los pueblos de la Antigüedad junto con el culto al Sol, de quien no puede fácilmente disociarse, ya que los dioses solares a veces también lo eran del fuego. En la mayoría de las culturas se registran rituales, leyendas, pinturas, toda clase de escritos y representaciones artísticas para su detección. La simbología del fuego, en cambio, describe los diversos significados e interpretaciones atribuidos en las religiones, en las diversas culturas y en los rituales. En el esoterismo, en la alquimia y en la astrología se le concede una gran importancia para el ser humano.” (“Wikipedia. Simbología y adoración del fuego”).

El culto al Fuego.

“Es entre todos los fenómenos de la naturaleza el que se encuentra constantemente asociado con las religiones desde la prehistoria. La intima conexión entre el fuego y el sol se reconoció pronto y los pueblos primitivos lo consideraron su representación y un don sagrado. En la mayor parte de las religiones antiguas tales como los cultos de Egipto, Mesopotamia y la India védica, se lo encuentra como símbolo de la divinidad. Posteriormente el fuego fue convertido en símbolo del alma y también de la vida humana.

Las personificaciones divinas del principio del fuego son innumerables, pudiendo citarse entre las principales a los dioses-sol: Agni de los arios, el Ra egipcio, Apolo y Helios entre los griegos, el Vulcano romano y el Mitra persa. También existían las divinidades del fuego doméstico como la Hestia griega y la Vesta romana. Otras representaciones divinas del fuego fueron el Ormuz zoroastriano, y Wotan, Thor y Loki en la mitología escandinava. / Teosofía. ‘El fuego no es un elemento, sino un principio divino. La llama física es el vehículo objetivo del Espíritu supremo.’ (H. P. Blavatsky, ‘La Doctrina Secreta’)

En la alquimia es considerado un agente de transformación, pues todas las cosas nacen del fuego y a él retornan. Para los alquimistas el fuego era un elemento que actúa en el centro de toda cosa. / Esotéricamente, es la reflexión o representación más perfecta, como sustancia divina que es de la Llama Una, el símbolo más alto de la divinidad. Es la vida y la muerte, el origen y el fin de todas las cosas. Símbolo de transformación y regeneración.” (Págs. 200-201. “Fuego. Diccionario Esotérico. Compendio de términos orientales y occidentales relacionados con el ocultismo y términos afines.” Zaniah).

“Los Filósofos del Fuego.

Nombre dado a los filósofos herméticos y alquimistas de la Edad Media, y también a los rosacruces. Estos últimos, sucesores de los teúrgos, consideraban el fuego como símbolo de la Deidad. Era origen, no sólo de los átomos materiales, sino también el receptáculo de las Fuerzas psíquicas y espirituales que les imprimían actividad y energía. Analizado en general, el fuego es un triple principio; esotéricamente, es un septenario, como lo son todos los demás elementos. Así como el hombre está compuesto de Espíritu, alma y cuerpo, y tiene además un cuádruple aspecto, así es el Fuego. Según se expresa en las obras de Roberto Fludd (‘de Flúctibus’), uno de los más famosos rosacruces, el Fuego contiene:

1º Una llama visible (cuerpo);

2º Un fuego astral invisible (alma), y

3º Espíritu.

Los cuatro aspectos son: calor (vida), luz (mente o inteligencia), electricidad (poderes moleculares), y la Esencia sintética, por encima del Espíritu, o sea la causa radical de su existencia y manifestación. Para el filósofo hermético o rosacruz, cuando una llama se extingue en el plano objetivo, no ha hecho más que pasar del mundo visible al invisible, de lo cognoscible a lo incognoscible.” (Págs. 256-257. “Glosario Teosófico”. H. P. Blavatsky).

El Encendido del Fuego Nuevo de Chickaban.

“Algunos linajes de la tradición del antiguo México se han perpetuado en la sombra, revelando sus milenarios conocimientos de padres a hijos. Otros lo consiguieron mediante ritos iniciáticos, visiones o descifrando los mensajes de las sagradas profecías. Uno de sus secretos mejor guardados, la capacidad de contactar con los espíritus de sus antepasados a través del fuego, constituye la base de una ancestral celebración.

Antes de que los españoles llegaran a las tierras de México, se celebraba el Chickaban, una importante fiesta en la que sus antiguos pobladores establecían un puente de comunicación con los dioses, en un punto intermedio entre la tierra y el cielo. El fuego era fundamental en dicho acto. Considerado un elemento purificador, símbolo de la fuerza de la luz, del Sol y del amanecer, ha sido utilizado desde épocas remotas como método de adivinación. La contemplación de sus llamas provoca un estado de relajación, de profunda introspección, que hace posible que se abra la puerta que comunica con el yo interior y con otras dimensiones, pues genera estados alterados de conciencia.

Los cronistas españoles reflejaron algunos datos sobre esta masiva celebración, que se extendía por multitud de ciudades. Gracias a éstos sabemos que se celebraba en el mes xul o xuul –noviembre–, en el que se honraba a Kukulcán. Los mayas llevaban al jefe supremo de los guerreros, el nacom, hasta el templo, donde quemaban copal, el incienso sagrado. Allí tenía lugar un baile de guerreros llamado Holkanakot, se sacrificaba un perro y se rompían recipientes con bebida, dando por terminada la fiesta y llevando al nacom a su casa. Esta ceremonia se practicó en territorio maya hasta la destrucción de la ciudad de Mayapán. Después, únicamente se celebró en Maní, tierra de los tutul xiúes. Los señores se reunían, llevando cinco banderas decoradas con plumas, y se dirigían al templo de Kukulcán, en el que oraban durante cinco días, al final de los cuales pedían que se les manifestara su dios, el cual descendía de lo alto para recibir las ofrendas.” (“espaciomisterio de Año/Cero. Chickaban: la Ceremonia Secreta del Fuego Nuevo”).

El Fuego Nuevo de Chickaban, rumbo al 2027, en palabras de Frank Díaz.

Los ciclos de atados de Fuego Nuevos. El último Encendido de Fuego Nuevo en el Anáhuac fue en el año 1506, Uno Conejo y en el 1507 Dos Caña. Los cronistas suelen basar sus descripciones en los eventos seculares, no en los anuales. Por ejemplo, el relato de Sahagún se remite al año 2 Caña del 1507, el cual comenzó el Noveno atado de la rueda: 1507 + 52 = 1559. Se dejaron de hacer las ceremonias de manera pública y en silencio y de manera oculta se realizaba las ceremonias con los Abuelos. […] El Consejo Supremo Olmeca autorizó después de 500 años de ocultamiento, que en los años 2006-2007, se efectuara públicamente la Ceremonia de Chickaban en toda la Zona Olmeca, así como en todos los rincones del Anáhuac.

Estamos en el atado 19 de 52 que termina en el año 2026 Uno Conejo y el año 2027 dos Caña es el ultimo atado de 20 de 52 de la rueda de los ciclos finales que cierra su ciclo de 20 de 20 en el 2079, dando un Total de 1040 años desde el registro de los Abuelos Mexicas; de las diferentes tribus chichimecas que salieron de la mítica ciudad de Aztlán en el año 1091 D.C.” (“Página de Facebook de Monserrat Valencia”).

Encendido del Fuego Nuevo de Chickaban 2024.

En la medianoche de este sábado 16 de noviembre, encendimos el “Fuego Nuevo de Chickaban” (Xiu’tekutli, el del “Fuego Azul”), con la alineación de nuestro Sol con el Sol central de las Pléyades (Alción) y la estrella Sirio en la Constelación de Tauro; los Mayas las llamaban “Tzab-ek”, o “cola de serpiente de cascabel”. La Ceremonia se llevó a cabo en la Hacienda Tultengo, en el Estado de Hidalgo.

En el marco de dicha Ceremonia se realizaron diversas actividades y entre ellas, la exposición de una serie de conferencias. El viernes 15 de noviembre, tuve la oportunidad de participar con el siguiente tema: El fuego, como un símbolo de la Consciencia. A continuación, muestro el archivo de dicha presentación; misma que podrás descargar oprimiendo el título en negrita, después de la siguiente imagen.

Descargar Archivo en PDF (Oprime este título en negrita para ver y/o descargar el Archivo: El fuego, como un símbolo de la consciencia.pdf).

El símbolo INRI.

Para finalizar este artículo y con relación a este maravilloso símbolo y a dos de sus 20 significados diferentes; que pueden ser en hebreo, en latín o en griego, el Instructor de esta Era Zodiacal de Acuario, el Dr. Serge RaYNaud de la FerRIère, apunta lo siguiente: “Este vocablo I N R I es también una palabra sagrada en el sentido de que denota un profundo simbolismo, al mismo tiempo que una modalidad de poder en cada letra; estamos en presencia de 4 elementos (Tierra, Fuego, Aire, Agua), que la física de los hebreos denomina: Iabescheh, Nour, Rouah, Iammim. Al considerar esta síntesis ha nacido el siguiente axioma alquímico: IGNE NATURA RENOVATUR INTEGRA (Es por el Fuego que se renueva la Naturaleza). Evidentemente estamos aquí delante del problema de la transmutación espiritual, la fuerza kundalínica que se eleva para iluminar a los chakras y renovar la naturaleza humana, conforme las palabras de San Juan: ‘Necesario es para vosotros el nacer de nuevo’.” (Pág. 189. “Yug Yoga Yoghismo, Una Mathesis de Psicología”).

Eduardo Flores Zazueta

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