La Tortuga, es un Símbolo de la Eternidad

La Tortuga, es un Símbolo de la Eternidad

“También conocidos como quelonios, las tortugas son un tipo de reptiles caracterizados por el sólido caparazón que protege sus órganos vitales del que emergen la cabeza, las patas y la cola. Son animales ovíparos que cavan sus nidos en la tierra, donde llevan a cabo la incubación de los huevos. A pesar de que carecen de dientes, cuentan con un fuerte pico que usan para alimentarse. Además de plantas, también comen insectos, caracoles y lombrices. Existen especies marinas y terrestres.  Las tortugas pueden ser animales muy longevos, viven entre 50 y 80 años y en algunos casos llegan a los 100. La tortuga más longeva jamás documentada es Harriet, una tortuga de las Galápagos que alcanzó los 175 años.” (“National Geographic España. Tortugas”).

“Se ignora (la mayor parte de los médicos son los primeros) que la carne no hace sino dar un ‘latigazo’, agitar la circulación sanguínea, excitar el sistema nervioso y hacer que el hombre se crea más fuerte, estando únicamente en realidad bajo una presión que va poco a poco a mermar su energía cardíaca. Este exceso de energía que tiene que desplegar el organismo cuando el hombre come carne, desgasta prematuramente al ser, tanto como el exceso de respiraciones producido por el esfuerzo fatigante (se puede observar a la tortuga que respira solamente 4 veces por minuto, en tanto que nosotros, hacemos normalmente 18 respiraciones por minuto y vivimos menos tiempo del de la tortuga). En efecto, no deberíamos únicamente prolongar la vida, sino que aun la ‘muerte’ no debería existir (ver San Juan cap. VIII versículo 51) [“En verdad, en verdad os digo que si alguno guarda mi palabra, no verá jamás la muerte.”], y no se trata solamente de un símbolo de la vida eterna, por medio de la sucesiva reencarnación del espíritu en otro cuerpo, sino más bien de la posibilidad de estacionarse en el mismo vehículo carnal; si ello fuere necesario y posible, mediante la conservación de una consciencia Crística, de una materialización del espíritu que mantendría las indispensables vibraciones para la existencia de la materia.” (Pág. 297. “Yug Yoga Yoghismo. Una Mathesis de Psicología”. Por el Mahatma Chandra Bala, Dr. Serge RaYNaud de la FerRIère).

“La Tortuga en las Culturas del Mundo.

Las tortugas se describen con frecuencia en la cultura popular como criaturas tolerantes, pacientes y sabias. Debido a su larga vida, movimientos lentos y una apariencia arrugada, son un emblema de la longevidad y la serenidad en muchas culturas alrededor del mundo. Además tienen un papel importante en las mitologías del mundo, y a menudo debido a su longevidad están implicadas en mitos de la creación, o se utilizan como símbolos de la biología marina y el ecologismo.

Una de las más famosas fábulas de Esopo es la tortuga y la liebre, en la cual el autor hace énfasis en la perseverancia de la tortuga para ganarle a la liebre y darle una lección. Los romanos nombraron tortuga a una formación defensiva imitando su caparazón. En dicha formación, los escudos cubrían por encima de los soldados. Por extensión, una máquina medieval fue denominada tortuga.

En China, el carácter tradicional chino que simboliza la tortuga (龜, Guī), muestra una cabeza como la de una serpiente en la parte superior, a la mitad izquierda muestra las patas, a la mitad derecha el caparazón y en la parte inferior la cola. Según el ‘Libro de ceremonias’, el rinoceronte, el fénix, la tortuga y el dragón, son las cuatro entidades que posee el espíritu. Los caparazones de tortuga eran utilizados por los antiguos chinos en la dinastía Shang para la adivinación, y algunos chinos son de la opinión, que su escritura fue tomada de las señales en la parte posterior de la tortuga. Una tortuga se pone a menudo en la base de monumentos funerarios de China. La leyenda sostiene que las columnas de madera del templo del cielo en Beijing fueron construidas en los caparazones de tortugas vivas, ya que pensaban que estos animales eran capaces de vivir por más de 3,000 años sin comida ni agua y están adornados con un poder mágico que impide que la madera entre en descomposición.

Según las creencias tradicionales japonesas, sobre una tortuga está el paraíso para los inmortales y simboliza la longevidad, buena suerte y el apoyo. También es el símbolo de Kumpira, el Dios del pueblo marinero y en el arte japonés se basan en la forma casi hexagonal del caparazón de una tortuga, a veces con pequeños hexágonos dentro de ellas para muchos de sus diseños tradicionales.

En la mitología hindú, se cree que el mundo descansa sobre las espaldas de cuatro elefantes que están parados en el caparazón de una tortuga. En el hinduismo Akupara es la tortuga que lleva el mundo sobre su espalda, defendiendo la tierra del mar. El templo de Sri Kurmam en Andhra Pradesh, India, se dedica a Kurma[1], la tortuga gigante. Kurmavatara es también Kasyapa, la estrella del norte, el primer ser viviente, padre de Vishnu el protector. El plastrón simboliza el mundo terrenal y el caparazón el mundo celestial.

[1]Recordemos que en Hatha Yoga, existe la postura (āsana) denominada Kurmasana. El Maestre Serge RaYNaud de la FerRIère, en su magna obra ya referida, apunta lo siguiente: “Es la posición llamada de la Tortuga que produce el desencadenamiento de las fuerzas vibratorias necesarias para comenzar el ascenso del Kundalini. También es una postura para el aislamiento del mundo externo”. (Pág. 363. Op. cit.).

La tortuga del mundo lleva la tierra sobre su espalda en mitos de Norteamérica. En la tradición Cheyenne, el espíritu del gran creador Maheo amasa algo de fango que toma desde el pico hasta que se expande tanto que sólo vieja abuela tortuga puede apoyarlo en la espalda. En la Tradición Mohawk, el temblor o sacudida de la tierra es concebida como una señal de que la tortuga del mundo se extiende bajo el gran peso que lleva y los indios de Norteamérica utilizan peines de caparazón de tortuga para indicar el margen entre la vida y la muerte. Según sus creencias, el árbol cósmico emerge de la columna vertebral de la tortuga. Y en la Polinesia la tortuga personificada en las marcas de tatuaje de guerra, era una costumbre entre guerreros donde la tortuga, es la sombra de los dioses y el Señor de los océanos.” (“Wikipedia. Testudines”).

El Culto de la Tortuga en la Cultura Otomí.

“La palabra xaha es de origen otomí, significa tortuga; este animal es un símbolo religioso acuático de origen mesoamericano considerado proveedor del agua, elemento vital para los animales y el ser humano, así como para la fecundidad de la tierra; su culto está vinculado con ceremonias que se realizan en los ríos y en las acequias como ritos de petición de lluvia. […] James Dow (1975:98) señala que la señora sagrada del agua de los otomíes de Hidalgo, Maka Xumpo Dehe es una deidad importante en toda la Sierra de Puebla, diosa de toda el agua fresca que se cree fluye de un lago subterráneo debajo de la ciudad de México. En este sentido se asemeja al culto acuático a la tortuga, la xaha, entre los otomíes de Tolimán, Querétaro. Esto constituye un sólido tejido simbólico, cimentado en un sustrato cultural e histórico compartido desde tiempos mesoamericanos con los otomíes de Hidalgo, con quienes tienen lazos familiares; ambos grupos presentan tanto secuelas diferentes como semejanzas, por formar parte del mismo grupo lingüístico y étnico. En el culto al agua de la fiesta xaha y su relación simbólica con la peregrinación al cerro El Zamorano, pueden distinguirse los elementos de filiación prehispánica y los de origen europeo católico.” (“Estudios de Cultura Otopame. Espacios Sagrados. Una Expresión de Continuidad Cultural”. Aurora Castillo Escalona. Facultad de Filosofía, de la Universidad Autónoma de Querétaro”).

“El significado de la Tortuga en la Cultura Maya.

En México la tortuga está en los murales de Bonampak, en el cuarto central, en la parte superior, en la tapa de la bóveda hay una tortuga pintada que lleva en lomo pintadas 13 estrellas que posiblemente equivalen a lo que hoy conocemos como el Cinturón de Orión. En el Museo Nacional de Antropología tenemos un Xochipilli dios del amor y la belleza, que está dentro de una concha de tortuga y en la parte posterior se tiene registrada la fecha calendárica cinco flor. También se encuentran imágenes en una serie de vasijas recuperadas de una tumba de Tikal, en Guatemala, o en las vasijas recuperadas en las tumbas de Calakmul.

Hay una constelación maya llamada AC, ‘La Tortuga’, que según un informante -escribe Thompson- es Orión. En el Diccionario Motul puede leerse ‘AC EK’, las estrellas que están en el signo de Géminis que, con otras, forman la figura de una tortuga. Forsteman identifica la tortuga, con el solsticio de verano; explicando que este animal es de movimientos lentos y que aparenta representar al tiempo cuando parece que no se mueve el sol. Basa la teoría en el hecho de que el signo del mes maya KAYAB [del 11 de junio al 30 de junio], que es el mes en el cual el solsticio de verano tiene lugar y muestra la cara de una tortuga. El signo para la letra A en el alfabeto de Landa es un glifo que representa una tortuga. Es clara la selección de este signo para dicho sonido ya que la tortuga es llamada áak, o AC en maya.

En los códices Dresden, Tro-Cortesianus y Nuttall, aparecen por lo menos tres especies diferentes de tortugas y es frecuente mención en los libros del Chilam Balam. En Uxmal hay unas ruinas llamadas ‘Casa de las Tortugas’, en donde a intervalos regulares alrededor de la cornisa hay figuras de este reptil.” (“Historia y Genealogía Hispanoamericana. El significado de la tortuga en la cultura Maya”).

El Ejercicio Taoísta de la Tortuga.

“El ejercicio de la tortuga estira completamente la columna vertebral, estimula el cuello y fortifica los músculos de los hombros y suprime la tensión, el dolor y la fatiga en los músculos del cuello y de los hombros. Además, estimula y fortalece las glándulas tiroides y paratiroides, y mejora el metabolismo del cuerpo. Si todos los días se practica el ejercicio de la Tortuga, uno se siente más joven y colmado de una belleza interior que solamente resulta del buen funcionamiento de los sistemas internos de la energía.

Manténgase parado o sentado en una posición cómoda. Para comenzar, entre el mentón en el pecho y estire el extremo de la cabeza hacia arriba. Usted sentirá un estiramiento de la nuca hacia arriba y sus hombros se aflojarán hacia abajo. Luego lleve lentamente la parte posterior del cráneo hacia abajo, como para tocar la nuca. El mentón apuntará hacia arriba y la garganta estará suavemente estirada. Usted alzará entonces los hombros de cada lado de la cabeza como si quisiera hacerles tocar las orejas. Estos dos movimientos imitan a la tortuga que da su nombre al ejercicio, porque el animal hace entrar y salir la cabeza de su caparazón. En este caso, inspire mientras estira la cabeza hacia arriba; expire mientras lleva la cabeza hacia atrás, el mentón dirigido hacia arriba. De todas maneras, proceda lentamente, con movimientos naturales. Comprenda que probablemente le será necesario un cierto tiempo para efectuar este ejercicio con facilidad. En el plano médico, de la emoción y del espíritu, la perseverancia en la práctica de este ejercicio le aportará un tesoro de beneficios. Efectuando correctamente el ejercicio, inmediatamente sentirá una disminución de la tensión o del cansancio en el cuello, o en la parte superior de la espalda. Cuando practique el ejercicio de la Tortuga deberá repetir 12 veces los movimientos. El mejor momento para hacerlo, es la mañana al levantarse y la noche justo antes de acostarse. También puede practicar el ejercicio cada vez que sienta una tensión o rigidez en la nuca, en los hombros, o en la parte superior de la espalda. Mientras hace el ejercicio de la Tortuga, mire derecho delante de usted, con una luz tenue o tamizada, o bien cierre los ojos ligeramente. Usted debe aflojar el resto del cuerpo y mantener los dedos apretados alrededor del pulgar como para cerrar el puño. El bloqueo de la mano impide que la energía se escape a través de la mano. Nunca olvide de concentrarse en lo que hace. Si se pierde el espíritu, hágalo volver lentamente. Al concentrar todos sus pensamientos, en los movimientos que realiza el cuerpo practicando el ejercicio de la Tortuga, usted aumenta los beneficios de la postura y favorece la unión del cuerpo y el espíritu.” (Pág. 29. “El Libro de los Ejercicios Internos”. Dr. Stephen T. Chang).

El reino animal al observarlo, siempre nos muestra lecciones muy importantes: “Las enseñanzas de la tortuga son tan hermosas. Muy especiales. Nos enseña que todo lo que eres, todo lo que necesitas y todo lo que traes al mundo está dentro de ti, no es externo, y lo llevas contigo, y no está limitado a un lugar, espacio o tiempo”. (Eileen Anglin, actriz de doblaje profesional). El Dalái Lama, líder religioso de la escuela Gelug del budismo tibetano, escribió: “Aprendo tanto de una tortuga como de un texto religioso”.

Eduardo Flores Zazueta

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