“Pitágoras (Samos, 570 – Metaponto, 490 a. C.), fue un filósofo y matemático griego. Contribuyó de manera significativa en los avances de la matemática helénica, la geometría y la aritmética, derivados particularmente de las relaciones numéricas y aplicadas; por ejemplo, a la teoría de pesos y medidos, a la teoría de la música o a la astronomía. Respecto a la música, sus conceptos de I, IV y V fueron los pilares fundamentales en la armonización griega y son los utilizados hoy en día. Es el fundador de la Escuela pitagórica, una sociedad que, además de ser predominantemente religiosa, se interesaba en medicina, cosmología, filosofía, ética y política, entre otras disciplinas. El pitagorismo formuló principios que influyeron tanto en Platón como en Aristóteles y, de manera más general, en el posterior desarrollo de la matemática y en la filosofía racional en Occidente.” (“Wikipedia. Pitágoras”).

Pitágoras, el Iniciado en los Misterios Mayores.

“Pitágoras fue el más célebre de los filósofos místicos. Nació en la isla de Samos, hacia el año 586 antes de Jesucristo. Viajó por todo el mundo y entresacó su filosofía de los diversos sistemas de que tuvo conocimiento. Así, estudió las ciencias esotéricas con los brahmanes de la India; la astronomía y la astrología en Caldea y Egipto. Aun hoy día se le conoce en el primero de los citados países con el nombre de Yavanâchârya (‘el maestro jonio’). Después de su regreso se instaló en Crotona, en la Magna Grecia, donde estableció una escuela [escuela itálica], a la cual muy pronto afluyeron todas las mejores inteligencias de los centros civilizados. Pitágoras fue el primero que enseñó el sistema heliocéntrico, y era el sabio más versado en geometría de su siglo. Creó también la palabra ‘filósofo’, compuesta de dos términos que significan ‘amante de la sabiduría’ (philo-sophos). Como el más grande matemático, geómetra y astrónomo de la antigüedad histórica, así como el más eminente de los metafísicos y sabios, Pitágoras adquirió fama imperecedera. Enseñó además la doctrina de la reencarnación, tal como se profesaba en la India, y muchas otras cosas de la Sabiduría secreta.” (Pág. 687. “Glosario Teosófico”. H. P. Blavatsky).

Pitágoras para fundar su Instituto, se dirigió a los habitantes de Crotona, en la Magna Grecia. “Les habló de la posibilidad de erigir para el pueblo de Crotona y para los que en él desearan acogerse, una Escuela-Internado de la que saldrían los mejores hombres y mujeres de Grecia. En esta Institución ideal, se llevarían a la práctica sus planes pedagógicos y sus doctrinas aprendidas y cimentadas a través de muchos años de pruebas, de estudios, de viajes y de estancias entre los más sabios y selectos núcleos humanos del mundo.” (Pág.61. “La Vida Serena de Pitágoras”. Josefina Maynadé). Estableció un sistema de enseñanza muy estricto, en el que los estudiantes, a través de duras pruebas, iban subiendo de grado. Estos fueron: el Primero, el de “Los Acusmáticos”, de “Preparación” (“Paraskeie”); el Segundo, el de “Los Matemáticos”, de “Purificación” (“Katharsis”); el Tercero, era el de “La Teofanía”, de la “Perfección” (“Teleiothes”) y el Cuarto, correspondía a la “Realización-Armonía”, para obtener la “Vista desde la Altura” (“Epifanía”), cuando el Iniciado se convertía en “El Mago Completo”. (“Los Grandes Iniciados. Un Estudio de la Historia Secreta de las Religiones. Libro VI: Pitágoras. Los Misterios de Delfos”. Édouard Schuré).

Respecto al gran Filósofo de Samos, el Avatar de esta Era de Acuario, el Dr. Serge RaYNaud de la FerRIère, escribió: “Evidentemente el famoso teorema pitagórico me ha abierto horizontes espléndidos, tal vez más en el dominio de la astronomía que en el sentido filosófico, y hubo un detalle que llamó más aun mi atención: ¿Era su verdadero nombre Pitágoras? Pues son numerosos aquellos que han constatado, que este nombre se compone de Pithón, adivino, y Ágoras, augurio, atributo, y, sobre todo, al invertir las palabras resulta Gurus Pitris, Maestro de la Luz. Gurú, lo que él fue ciertamente: un instructor-tipo enseñando lo oculto por medios al alcance de todos (es por medio de las Tablas Pitagóricas que obtenemos las claves necesarias para la interpretación en claro de la Biblia). Para mí ello fue una revelación y por eso comencé a comprender mejor este mundo visible e invisible, al que fui llamado para constatarlo desde mi más tierna edad.” (Pág. 24. “Yug Yoga Yoghismo. Una Mathesis de Psicología”).

“Pitágoras descubrió la importancia de los números. A él se atribuye la célebre afirmación de que ‘todo es número’. Las propiedades de los números, sobre todo al combinarlos, maravillaron tanto a los pitagóricos que acabaron dedicando la mayor parte de su esfuerzo científico a buscar por todas partes analogías entre los números y las cosas. […] Así, los pitagóricos se dedicaron a categorizar los números, estableciendo complejas divisiones, e incluso les otorgaron significación moral. […] Los principios numéricos proporcionaron los cimientos sobre los que Pitágoras configuró su filosofía. Una filosofía completa de ámbito universal que empleaba el concepto de armonía, tanto musical como matemática, para hacer danzar toda la realidad, incluso los astros, al son de una música matemática.” (Pág. 10. “El Teorema de Pitágoras. Un secreto encerrado en tres paredes”. Marcos Jaén Sánchez).

La demostración Metafísica del Teorema de Pitágoras.

“La teoría cosmológica de los números, que Pitágoras aprendió de los hierofantes egipcios, es la única capaz de conciliar la materia y el espíritu demostrando matemáticamente la existencia de ambos principios, por la de cada uno de ellos. Las combinaciones esotéricas de los números sagrados del universo resuelven el arduo problema y explican la teoría de la irradiación y el cielo de las emanaciones. Los órdenes inferiores proceden de los espiritualmente superiores y evolucionan en progresivo ascenso hasta que, llegados al punto de conversión, se reabsorben en el infinito.” (Pág. 46. “Isis Sin Velo. Tomo I. Clave de los Misterios de la Ciencia y Teología Antigua y Moderna”. H.P. Blavatsky).

Los Números 3, 4 y 5.

• El Número 3. Representa al Principio Espiritual. Es el número de la Trascendencia: Jesús el Cristo Resucitó al tercer día; de la Perfección: Inteligencia, Conciencia y Voluntad; de la Divinidad: Fe, Esperanza y Caridad; de la Manifestación: Vida, Forma y Pensamiento; de la Trinidad: la suma de la Unidad y de la Dualidad; del Ser Absoluto: Omnipresente, Omnisciente y Omnipotente.
• El Número 4. El Número 2 representa el Principio de la Dualidad o Polaridad: día-noche; bondad-maldad; éxito-fracaso; salud-enfermedad, etc. Al duplicarse este Principio se hace físico, se materializa y se convierte en el Número 4. “El cuatro da cuenta de la dualidad activa, es el círculo puesto en rotación por la cruz. Cuadrado de dos, es la primera exaltación de la dualidad.” (“Los Propósitos Psicológicos. Tomo III. Principios sobre la Verdad y El Misterio de los Números”. Dr. Serge RaYNaud de la FerRIère).
• El Número 5. Se le conoce como el Número del Ser Humano: 5 extremidades: cabeza, 2 brazos y 2 piernas; 5 dedos en cada mano y pie; 5 sentidos: vista, oído, gusto, olfato y tacto; 5 órganos para la Medicina Tradicional China: hígado, bazo, riñón, pulmón y corazón. El Dr. Serge RaYNaud de la FerRIère, con relación al Número 5, señala que, “el movimiento de contracción y de aprehensión, son como los cinco dedos de la mano cogiendo una cosa. Indica, expresamente la cualidad de Comprensión”. (Op. cit).

Estas cifras iniciales, 3 + 4 = 5, indican, que nosotros los Seres Humanos, contenemos y expresamos los dos Principios Universales: el del Espíritu y el de la Materia.

Esos mismos Números, elevados al cuadrado: 9, 16 y 25.

• El Número 9. En este caso, es el cuadrado del Número 3, (3 x 3). Es cuando el Principio Espiritual está potencializado; se expresa en lo material, en su totalidad de manera plena. Al número 9 se le ha considerado el Número de Dios. Cualquier número potencialmente conserva al Número 9. Por eso, en matemáticas, se utiliza la “prueba del 9”, para comprobar que una operación está bien realizada. También, si multiplicamos cualquier número por 9, su resultado nos dará nueve, realizando la Reducción Teosófica. “El número 9 representa la total experiencia recogida por el Ego durante su evolución hacia su completa unión con Dios.”
• El Número 16. Es el cuadrado del Número 4, (4 x 4). “Está obtenido por el 12 más 4, que define todo lo que está oculto y misterioso. Da la idea de la fecundación. Es el huevo órfico [que representa la creación inicial del Universo],de la nave de Isis [la matriz de la Tierra].” (Op. cit. Dr. Serge RaYNaud de la FerRIère).
• El Número 25. Es el cuadrado del Número 5, (5 x 5). “Es el conjunto de 16 más 9 que pone en presencia dos polos perfectamente caracterizados. Uno, la matriz de los mundos (16), y el otro tendiendo a la individualización; 25 es la representación del Verbo Universal.” (Op. cit. Dr. Serge RaYNaud de la FerRIère).

El Número 25, como resultado final de la ecuación es 7; al hacer la Reducción Teosófica: 2 + 5 = 7. Astrológicamente, el Número 7 está asociado al planeta Neptuno. Este planeta representa el Amor Místico: “Oh, Señor, hazme un instrumento de Tu Paz”. (San Francisco de Asís); el Amor Incondicional: “…no se haga Mi voluntad, sino la Tuya”. (Lucas 22:42). Neptuno es la octava superior de Venus, el planeta del amor convencional; en cambio Neptuno simboliza el Amor Impersonal Universal: es la Ley del Amor, la que nos une con todos los seres sintientes del planeta; además de que rige, sostiene y promueve la evolución del Universo.

El Número 7, contiene cualquier expresión o manifestación del Universo y está formado por la suma del 3 y del 4. La parte espiritual está representada por el Número 3 y este Principio inmaterial, eterno y trascendente, se encuentra inherente en la materia. El Número 4 como Principio, está asociado a lo físico (del griego physis, Naturaleza), a la materia (del latín, mater, madre). El Número 7, representa la totalidad del Universo que está en continuo movimiento. Además, “Siete, siendo el compuesto de tres y cuatro, significa la unión del hombre con la divinidad. Es la cifra de los Adeptos, de los grandes Iniciados, y como explicación, la realización completa de toda cosa por siete grados, representa la ley de la evolución”. (Pág. 252. “Los Grandes Iniciados. Un Estudio de la Historia Secreta de las Religiones”. Édouard Schuré).

¿Qué significa el Ángulo Recto de 90°?

El Ser Humano para alcanzar un nivel más elevado de Conciencia, debe ser recto en su conducta, es decir, debe de observar ciertos Principios Éticos Universales, tales como, honestidad, bondad, tolerancia, etc. “El Número 90 es un mensaje de los espíritus guardianes de que debes dedicarte a la espiritualidad y te están persuadiendo para que sirvas a la humanidad, asumiendo una vocación espiritual. Los números te piden que seas un faro para los demás en asuntos de espiritualidad. […] El simbolismo del número 90 mezcla las vibraciones y las características del número 9 y el número 0. El número 9 tiene los rasgos de conciencia espiritual y principios espirituales […] El número 0 tiene las vibraciones de comienzo, perpetuidad y secuencia sistemática de eventos.” (“Provechoso Site. Significado del número 90: Numerología noventa”).

Descubriendo la Armonía: la Música de las Esferas.

“El vínculo entre Pitágoras y la música se extiende más allá de una mera curiosidad intelectual; es una profunda conexión que revela la esencia de la realidad a través de la armonía. Pitágoras demostró que los elementos más básicos de la música, como las escalas y las armonías, están gobernados por proporciones numéricas precisas, una idea revolucionaria que cambió el curso de la teoría musical.” (“Fono Box. Pitágoras y la Música: Un Viaje por la Armonía de las Matemáticas”). “Fue el primero en descubrir una relación matemática entre las frecuencias de los varios tonos de la escala musical. Al postular que las órbitas de los planetas mostraban una relación similar basadas en su distancia del centro, conceptuó la relación mutua de sus órbitas como la ‘armonía de las esferas’.” (Págs. 319-320. “Diccionario Esotérico. Compendio de términos orientales y occidentales relacionados con el ocultismo y términos afines”. Zaniah).

“Pitágoras (siglo VI a. C.), hizo famoso el monocordio, instrumento que utilizó para identificar y definir los intervalos musicales y en la enseñanza de la teoría pitagórica de la relación entre los números y la música; entre otras cosas demostró que la frecuencia del sonido es inversamente proporcional a la longitud de la cuerda.” (“Wikipedia. Monocordio”). “Desde Pitágoras, pionero en crear el vínculo entre la música y matemáticas, hasta la actualidad, el número y la música han ido de la mano y es que, música y matemáticas, son en el fondo la misma cosa, una en el tiempo y la otra en el espacio. Todos los sonidos que escuchamos podemos transformarlos en números mediante un proceso muy sencillo, de modo que podríamos convertir una pieza musical en fracciones y números.” (“MideBien. Pitágoras y su escala musical”).

Los griegos conocían el modelo heliocéntrico, es decir, que la Tierra al igual que los demás planetas describen una trayectoria orbital alrededor del Sol. Fue hasta el siglo XVI, que el matemático, astrónomo y canónigo católico Nicolás Copérnico formuló para Europa la teoría heliocéntrica del sistema solar, publicada en 1543 en su libro: “De revolutionibus orbium coelestium” (“Sobre las revoluciones de los cuerpos celestes”). El famoso modelo geocéntrico de Claudio Ptolomeo, fue descrito así, porque él era Astrónomo y Astrólogo y esta ciencia se basa en que todos los cuerpos celestes irradian su influencia electromagnética sobre la Tierra e influyen en todos los seres que aquí la habitamos. En el siglo XVIII con la Ley Titius-Bode, se demostró que Pitágoras tenía razón al describir la existencia de la Música de las Esferas. Si existe una progresión numérica, que es una serie que avanza siguiendo un patrón lógico y predecible, entonces podemos hablar de una escala; que en este caso sería una escala musical.

Las distancias planetarias o Ley de Titius-Bode.

“En el orden final que conocemos del sistema solar se ha deseado estudiar el porqué de la configuración de separación entre los planetas. En los inicios del estudio ya formal de las órbitas muchas personas deseaban poder encontrar relaciones geométricas, numéricas y teológicas con el universo. Fue así como en 1766 Johann Titius resaltó una observación sobre las distancias entre los seis planetas conocidos hasta el momento. Johann Bode leería la propuesta de Titius y dedicaría gran esfuerzo en entenderla.

La ley nos habla de una progresión numérica. Tomando la secuencia 0, 3 y construyendo los siguientes números al multiplicar por 2 el anterior, es decir, se tiene 0, 3, 6, 12, 24, 48, 96, 192, 384. Ahora, se suma 4 a cada uno, entonces es 4, 7, 10, 16, 28, 52, 100, 196, 388. Estos serían divididos por 10: 0.4, 0.7, 1.0, 1.6, 2.8, 5.2, 10.0, 19.6, 38.8. A primera vista parecen no tener nada interesante, pero cuando los comparamos con los radios orbitales en unidades astronómicas (la distancia media entre la Tierra y el Sol) de los planetas, encontramos una coincidencia casi perfecta, aunque la discordancia entre la serie y los datos reales crece a mayor distancia.” (“AstroAventura. Titius-Bode: la extraña ley que organiza las órbitas de los planetas”).

Para finalizar este escrito, quiero recordar las palabras de la oradora, pedagoga, teósofa y filántropa británica Annie Besant: “La Grecia de Pitágoras, con su matemática y su música, su orden y su armonía, tienen un mensaje para las naciones modernas, desorientadas y discordantes. Este mensaje, puede advenir mejor a través de aquellos cuya naturaleza se halla sintonizada, por proceso generativo, con la sabiduría pitagórica”. (Cita referida por Josefina Maynadé, en su obra “Los Versos Áureos de Pitágoras – Los Símbolos y el Hieros Logos – La Palabra Sagrada”).

Eduardo Flores Zazueta